Al dia siguiente, miércoles, Christine y Ahmed se despertaron temprano. No tenían nada que hacer, sino esperar que llegara el viernes para ir al aeropuerto y tomar su vuelo hacia Marruecos. Christine preparó el desayuno y mientras lo tomaban, Ahmed encendió el televisor para mirar las noticias. Nada trascendente y menos que menos la noticia que él esperaba.
No le había dicho a Christine de su comunicación a la policía avisando del asesinato de Logan. Pensaba que se iba a poner nerviosa inútilmente.
Las horas iban pasando y ambos estaban como presos en el departamento. No salían a la calle, ni abrían demasiado las ventanas. Era una larga y tensa espera que no se podía acortar bajo ningún concepto. Ahmed se dedicó a preparar sus valijas, ayudado por Christine. La joven trataba de disimular inútilmente su nerviosismo, había reducido su consumo de cocaína, pero a pesar de ello ya había terminado la droga que había traído.
Ahmed se daba cuenta de su tensión, sabía que habia terminado la cocaína, y también sabía las consecuencias que ello podía acarrear. Estaba atento a la posibilidad que desarrollara un sindrome de abstinencia.
A las cinco de la tarde, mientras tomaban un café, Ahmed encendió el televisor para ver las noticias, y se produjo lo que esperaba. Con un inusitado despliegue periodístico, el canal de noticias informaba el asesinato de un narcotraficante en su casa de Brooklyn. Las cámaras de los móviles mostraban la casa, bien conocida por Ahmed y Christine, el ir y venir de policías y de forenses, más las notas que realizaban los reporteros a policías y vecinos.
Christine estaba entre asustada y sorprendida, porque no pensaba que tan pronto se iban a dar cuenta de la muerte de Logan.
Por ahora se limitaban a informar del asesinato, pero no daban mayores detalles. Vieron a través de la pantalla cuando retiraron el cuerpo, que fue transportado en una ambulancia de la policía y varios comentaristas de noticias policiales desarrollaban multiples teorías, producto de su imaginación y de la conexión de Logan con el mundo de las drogas, pero ninguno ni por asomo imaginaba siquiera la verdad del hecho.
Durante el resto del dia las noticias en relación con el crimen se repitieron, sin que se profundizaran aspectos de la investigación o probables indicios.
Llegó el jueves y la espera era cada vez mas tensa. El noticiero de las 11 de la mañana informó que había adelantos en la investigación del crimen de Logan.
No le había dicho a Christine de su comunicación a la policía avisando del asesinato de Logan. Pensaba que se iba a poner nerviosa inútilmente.

Ahmed se daba cuenta de su tensión, sabía que habia terminado la cocaína, y también sabía las consecuencias que ello podía acarrear. Estaba atento a la posibilidad que desarrollara un sindrome de abstinencia.
A las cinco de la tarde, mientras tomaban un café, Ahmed encendió el televisor para ver las noticias, y se produjo lo que esperaba. Con un inusitado despliegue periodístico, el canal de noticias informaba el asesinato de un narcotraficante en su casa de Brooklyn. Las cámaras de los móviles mostraban la casa, bien conocida por Ahmed y Christine, el ir y venir de policías y de forenses, más las notas que realizaban los reporteros a policías y vecinos.
Christine estaba entre asustada y sorprendida, porque no pensaba que tan pronto se iban a dar cuenta de la muerte de Logan.
Por ahora se limitaban a informar del asesinato, pero no daban mayores detalles. Vieron a través de la pantalla cuando retiraron el cuerpo, que fue transportado en una ambulancia de la policía y varios comentaristas de noticias policiales desarrollaban multiples teorías, producto de su imaginación y de la conexión de Logan con el mundo de las drogas, pero ninguno ni por asomo imaginaba siquiera la verdad del hecho.
Durante el resto del dia las noticias en relación con el crimen se repitieron, sin que se profundizaran aspectos de la investigación o probables indicios.
Llegó el jueves y la espera era cada vez mas tensa. El noticiero de las 11 de la mañana informó que había adelantos en la investigación del crimen de Logan.

Fuentes policiales indicaron que estaban trabajando en dos pistas y que en las próximas horas podría haber algunas novedades.
Eran las ocho de la noche cuando a través de la televisión, el periodismo informó que de fuentes policiales había trascendido que tenían una persona sospechosa y que no era improbable que en la noche o a la mañana siguiente se realizara alguna detención.
A Christine la espera, más las noticias sobre la muerte de Logan la tenían en vilo. Ni siquiera tenía posibilidades de drogarse. La noticia de una inminente detención impactó de lleno en ella, quien sintió que las fuerzas la abandonaban y comenzó a llorar desconsoladamente. En vano Ahmed trataba de tranquilizarla.
- Corazón, tienes que sobreponerte a tu ansiedad. Piensa que falta muy poco para que partamos - le dijo Ahmed
- A veces pienso que nunca voy a poder llegar siquiera al Aeropuerto - dijo la joven temblorosa.
- Faltan solo algunas horas, nada más - trataba de estimularla Ahmed - Si bien el avión sale a las 19, a las 10 de la mañana nos vamos al Aeropuerto, asi nos alejamos de la ciudad.
- No quiero defraudarte, amor - dijo Christina sollozando – Sé todo lo que estás haciendo por mí, pero ya no puedo soportar más.
Ahmed la tomó entre sus brazos, colmándola de besos sobre sus ojos húmedos, pero era consciente que debía proceder de alguna manera para romper esa conjunción de tensión, angustia y abstinencia de cocaína. Para colmo de males era imposible recurrir a una consulta médica. Pero con su experiencia de años en circunstancias difíciles, sabía como actuar y tenía los elementos para ello.
Trató de esperar al máximo, pero a las once de la noche la situación se hizo insostenible. Christine siguió con su llanto, agregando sudoración profusa, temblor, dificultad respiratoria, mareos y palpitaciones con una taquicardia importante. El Síndrome de Abstinencia estaba presente con todo su esplendor, por lo cual optó por inyectarle un poderoso tranquilizante para que descansara hasta la hora de la partida. La llevó a la cama, le suministró el sedante y se quedó con ella hasta que la vió conciliar el sueño.
Pocos minutos antes de las doce, encendió el televisor para ver el extenso informativo de la medianoche. Las noticias eran las mismas.
Finalizado el noticioso se acostó. Bajo los efectos del sedante Christine dormía plácidamente. Apagó la luz, y durante un largo rato estuvo pensando todo lo sucedido en los últimos días. Su vinculación con Mr. Cummings, la casualidad que el trabajo encomendado la conecte con Christine y el destino que hizo que se enamoraran.
¡ Qué giro inesperado había tomado su vida !. Miraba con dulzura a Christine y no podía creer que estuviera tan enamorado. Tanto, como para abandonar su azarosa y difícil vida actual y regresar a las fuentes, a su lugar de origen, a sus raíces; a vivir alejado de los peligros, en paz y honestamente. Y pensar que para éso solo faltaban horas !!.
Cuando despertaran, ultimarían los detalles y se irían al Aeropuerto. Esperarían la hora de embarque y luego la salida del vuelo. Interponer distancia con todo ese maremágnum de cosas. Sus pensamientos se fueron diluyendo lentamente hasta que quedó completamente dormido.
A las siete de la mañana Ahmed despertó. Christine seguía durmiendo a su lado. Se levantó sigilosamente y veinte minutos después sorprendió a Christine con el desayuno servido en su cama. Había llegado el día de la partida !!.
Christine había dormido profundamente y se encontraba bastante repuesta. El descanso le habia sido beneficioso y la proximidad de la partida era un aliciente. Desayunaron, se bañaron, se vistieron y a las diez de la mañana los pasó a buscar un remise que los condujo al Aeropuerto. Hicieron el check-in, despacharon su equipaje, almorzaron despaciosamente y luego, como si fueran dos turistas en espera, se dedicaron a recorrer los comercios del Aeropuerto. Descansaron en la sala VIP y ni bien informaron la puerta de salida, se dirigieron a preembarque. Habían interpuesto una valla más entre el pasado y unl futuro cada vez más cercano. Ahmed compró el diario, que leyó minuciosamente, donde se informaba todo lo relacionado con el crimen de Logan, pero no había novedades respecto a lo ya conocido.
En un momento determinado por los altavoces se escuchó el esperado aviso:
“Royal Air Maroc anuncia la salida de su vuelo número 201 con destino a Casablanca. Por favor embarcar en puerta B 15”.
Christine y Ahmed se incorporaron y se dirigieron lentamente hacia la puerta indicada, donde ya se había aglomerado una buena cantidad de pasajeros ansiosos de abordar el avión. Un par de empleados de la aerolínea se preparaban para el embarque.
Uno de ellos anunció: “Pasajeros de primera clase, por este sector”. Allí se dirigió Ahmed llevando del brazo a Christine. Metros antes de la puerta de embarque, Ahmed se detuvo bruscamente, apretó el brazo de Christine indicándole que observara la imagen de un televisor que se encontraba a pocos metros. Se veía la imagen de la policía que llevaba detenido y esposado a Mr. Cummings y un subtítulo que decía:
“Mr. Dave Cummings es el asesino de Logan. Se hallaron claras evidencias en el lugar del crimen”. Mientras tanto, la voz del locutor informaba: “la policía encontró semioculta en los jardines de la casa el arma con la cual se efectuaron los disparos que causaron la muerte de Logan. Es una pistola calibre 9 mm, registrada como propiedad de Dave Cummings. También se hallaron en el living de la casa colillas de cigarrillos y una boquilla pertenecientes al asesino”
Se quedaron inmóviles unos segundos, luego Ahmed le dijo en voz baja:
- Sigamos…
Penetraron en la manga que los llevó al avión y se ubicaron en sus asientos. Pocos minutos después la aeronave despegó, llevándose a Ahmed y Christine, sus ilusiones y sus secretos.
Eran las ocho de la noche cuando a través de la televisión, el periodismo informó que de fuentes policiales había trascendido que tenían una persona sospechosa y que no era improbable que en la noche o a la mañana siguiente se realizara alguna detención.
A Christine la espera, más las noticias sobre la muerte de Logan la tenían en vilo. Ni siquiera tenía posibilidades de drogarse. La noticia de una inminente detención impactó de lleno en ella, quien sintió que las fuerzas la abandonaban y comenzó a llorar desconsoladamente. En vano Ahmed trataba de tranquilizarla.
- Corazón, tienes que sobreponerte a tu ansiedad. Piensa que falta muy poco para que partamos - le dijo Ahmed
- A veces pienso que nunca voy a poder llegar siquiera al Aeropuerto - dijo la joven temblorosa.
- Faltan solo algunas horas, nada más - trataba de estimularla Ahmed - Si bien el avión sale a las 19, a las 10 de la mañana nos vamos al Aeropuerto, asi nos alejamos de la ciudad.
- No quiero defraudarte, amor - dijo Christina sollozando – Sé todo lo que estás haciendo por mí, pero ya no puedo soportar más.
Ahmed la tomó entre sus brazos, colmándola de besos sobre sus ojos húmedos, pero era consciente que debía proceder de alguna manera para romper esa conjunción de tensión, angustia y abstinencia de cocaína. Para colmo de males era imposible recurrir a una consulta médica. Pero con su experiencia de años en circunstancias difíciles, sabía como actuar y tenía los elementos para ello.
Trató de esperar al máximo, pero a las once de la noche la situación se hizo insostenible. Christine siguió con su llanto, agregando sudoración profusa, temblor, dificultad respiratoria, mareos y palpitaciones con una taquicardia importante. El Síndrome de Abstinencia estaba presente con todo su esplendor, por lo cual optó por inyectarle un poderoso tranquilizante para que descansara hasta la hora de la partida. La llevó a la cama, le suministró el sedante y se quedó con ella hasta que la vió conciliar el sueño.

Finalizado el noticioso se acostó. Bajo los efectos del sedante Christine dormía plácidamente. Apagó la luz, y durante un largo rato estuvo pensando todo lo sucedido en los últimos días. Su vinculación con Mr. Cummings, la casualidad que el trabajo encomendado la conecte con Christine y el destino que hizo que se enamoraran.
¡ Qué giro inesperado había tomado su vida !. Miraba con dulzura a Christine y no podía creer que estuviera tan enamorado. Tanto, como para abandonar su azarosa y difícil vida actual y regresar a las fuentes, a su lugar de origen, a sus raíces; a vivir alejado de los peligros, en paz y honestamente. Y pensar que para éso solo faltaban horas !!.
Cuando despertaran, ultimarían los detalles y se irían al Aeropuerto. Esperarían la hora de embarque y luego la salida del vuelo. Interponer distancia con todo ese maremágnum de cosas. Sus pensamientos se fueron diluyendo lentamente hasta que quedó completamente dormido.
A las siete de la mañana Ahmed despertó. Christine seguía durmiendo a su lado. Se levantó sigilosamente y veinte minutos después sorprendió a Christine con el desayuno servido en su cama. Había llegado el día de la partida !!.
Christine había dormido profundamente y se encontraba bastante repuesta. El descanso le habia sido beneficioso y la proximidad de la partida era un aliciente. Desayunaron, se bañaron, se vistieron y a las diez de la mañana los pasó a buscar un remise que los condujo al Aeropuerto. Hicieron el check-in, despacharon su equipaje, almorzaron despaciosamente y luego, como si fueran dos turistas en espera, se dedicaron a recorrer los comercios del Aeropuerto. Descansaron en la sala VIP y ni bien informaron la puerta de salida, se dirigieron a preembarque. Habían interpuesto una valla más entre el pasado y unl futuro cada vez más cercano. Ahmed compró el diario, que leyó minuciosamente, donde se informaba todo lo relacionado con el crimen de Logan, pero no había novedades respecto a lo ya conocido.
En un momento determinado por los altavoces se escuchó el esperado aviso:
“Royal Air Maroc anuncia la salida de su vuelo número 201 con destino a Casablanca. Por favor embarcar en puerta B 15”.
Christine y Ahmed se incorporaron y se dirigieron lentamente hacia la puerta indicada, donde ya se había aglomerado una buena cantidad de pasajeros ansiosos de abordar el avión. Un par de empleados de la aerolínea se preparaban para el embarque.
Uno de ellos anunció: “Pasajeros de primera clase, por este sector”. Allí se dirigió Ahmed llevando del brazo a Christine. Metros antes de la puerta de embarque, Ahmed se detuvo bruscamente, apretó el brazo de Christine indicándole que observara la imagen de un televisor que se encontraba a pocos metros. Se veía la imagen de la policía que llevaba detenido y esposado a Mr. Cummings y un subtítulo que decía:
“Mr. Dave Cummings es el asesino de Logan. Se hallaron claras evidencias en el lugar del crimen”. Mientras tanto, la voz del locutor informaba: “la policía encontró semioculta en los jardines de la casa el arma con la cual se efectuaron los disparos que causaron la muerte de Logan. Es una pistola calibre 9 mm, registrada como propiedad de Dave Cummings. También se hallaron en el living de la casa colillas de cigarrillos y una boquilla pertenecientes al asesino”
Se quedaron inmóviles unos segundos, luego Ahmed le dijo en voz baja:
- Sigamos…
Penetraron en la manga que los llevó al avión y se ubicaron en sus asientos. Pocos minutos después la aeronave despegó, llevándose a Ahmed y Christine, sus ilusiones y sus secretos.

F I N
Al finalizar el último capítulo, me dí cuenta que, tal como ocurre en los culebrones de la TV, se puede continuar la historia, con la vida de Ahmed y Christine en Marruecos, o con los avatares de Cummings tratando de demostrar su inocencia. Tal vez algún día lo haga...
Por ahora, me tomaré unas vacaciones hasta fin de este mes de agosto, asi que no me verán por unos días...no me extrañen....snif... volveré.