sábado, 24 de marzo de 2007

Sous le ciel de Paris... Cap. 5

En las siguientes 24 horas toda la zona de L’Etoile estaba vigilada por personal policial de civil. Todos contaban con el identikit del asesino para tenerlo visualmente identificado. Cuatro francotiradores habían sido dispuestos en lo alto de L’Arc de Triomphe, los demás policías transitaban las Avenidas Foch y Friedland, pasando por los pasajes subterráneos en la Place Charles de Gaulle. Iban por la mano derecha y regresaban por la mano izquierda. Tenían orden de hacerlo lentamente, tratando de fijar mentalmente la gente que pasaba y encontrar similitudes con el asesino.
Habían establecido lugares que oficiaban de paradas preconcebidas, como determinadas casas de comercio de ropa de marca en la Avenue Foch, la esquina de la Avenue de la Grande Armée, donde tiene su parada el omnibus de Air France, lugar donde podían estar detenidos unos cuantos minutos sin llamar la atención.
Si bien la policia intuía el lugar del próximo crimen, no sabían fecha ni hora, asi que el misterio se centraba en cuándo se produciría.
Pronto se despejó la incógnita. Al parecer el asesino no podía permanecer inactivo y dió señales de vida el martes a las 9 de la noche.
Como en todas las otras oportunidades sonó el teléfono de la Central de Policía.
- Aló… Police..? - preguntó la ya conocida voz grave y ligeramente gangosa - Se ha cometido un crimen en Avenue Friedland y rue de Chateaubriand.
- Quién habla ? - preguntó el telefonista.
- Etoile F…- contestó y cortó la comunicación.
- De donde llama ? - preguntó el Inspector Garnier al telefonista.
- De un teléfono celular - contestó.
- Maldición !! - bramó Garnier – quién sabe dónde se encuentra… Localiza a quien pertenece ese celular.
- Delacroix…!!! Urgente…!!! – llamaba a los gritos el Inspector.
- Aquí Delacroix – contestó el comisario.
- El asesino llamó y mató a alguien en Friedland y Chateaubriand. Alguien vió algo ? - preguntó a los gritos.
- No tengo novedades – contestó Delacroix – Sólo reportaron un hombre que entró corriendo en la estación de Metro Georges V sobre la Avenue des Champs Elysées, pero no alcanzo a ser detenido.
- Es él - gritó enfurecido Garnier - el muy hijo de puta tomó la calle Chateubriand, que es menos concurrida y huyó hacia atrás, llegando a la estacion de metro a la altura del Lido.
- Ya es tarde para seguirlo - dijo con resignación Delacroix – Voy al lugar del hecho.
- Inspector Garnier – llamó el telefonista – El celular de donde llamó el asesino está a nombre de un tal Jacques Martignan y ha sido denunciado su robo por parte del propietario hace cinco días.
- Me imaginaba - exclamó Garnier y dirigiéndose a otro detective le dijo – vamos para allá.
Desde donde estaba, Delacroix llegó en tres minutos. Sobre la rue de Chateubriand, a metros de la Avenue Friedland, se veía una casa de antigua de tres plantas, con balcones a la calle y una entrada principal con una puerta de hierro de dos hojas con rejas y vidrio. Una de las hojas se encontraba abierta y en el umbral de la misma se veían manchas de sangre. En el primer piso, un hombre pidiendo auxilio a los gritos con un arma en la mano. Cuando llegó la policía, desesperadamente, contó lo sucedido.
- Asesinaron a mi mujer….!!! - decía entre sollozos abrazando el cuerpo inerte y ensangrentado de su esposa.
La policía trató de auxiliar a la víctima, pero era inútil. Había sido muerta a puñaladas.
En pocos minutos llegó el Inspector Garnier y la policia científica, que se ocuparon de la situación.
El Inspector Garnier trató de dialogar con el esposo de la mujer asesinada.
- Por favor, trate de contarme lo que sucedió – pidió Garnier
- Llegué a mi casa… y me llamó la atención... la puerta abierta… - decía en forma entrecortada el hombre.
- Cuando usted entró a su casa, el asesino todavía estaba dentro ? - preguntó Garnier.
- Sí, tenía un puñal en su mano derecha y había conrtado un pecho a mi mujer - dijo el hombre.
- Usted que hizo ? – preguntó el Inspector.
- Me trabé en lucha con él, pero me hirió en el brazo izquierdo con el puñal - dijo el hombre y continuó - Caí al suelo y el asesino aprovechó para huir.
- De donde sacó el arma que tiene en la mano - preguntó el Inspector mirando una pistola Brownie 9 mm que el hombre todavía mantenía en su mano derecha.
- Esta pistola la tengo en el living para defensa personal y tengo todos los papeles en orden - contestó el hombre – Cuando el asesino huyó, la tomé y alcancé a dispararle.
- Lo hirió ? - preguntó Garnier.
- Creo que sí - respondió el hombre - pero no pude apuntarle bien, asi que pienso que tal vez le dí en el hombreo derecho.
- Es usted buen tirador ? – inquirió el Inspector.
- Sí. Practico con asiduidad – contestó el hombre.
Garnier abandonó momentáneamente el interrogatorio, dejó al hombre en las manos del médico policial, y con Delacroix fueron a ver personalmente las manchas de sangre del umbral de la puerta. Además de las manchas, encontraron detrás de la puerta una masa sanguinolenta que Garnier reconoció como el pecho izquierdo que el asesino había extirpado a la mujer. Las manchas de sangre, en forma de gruesas gotas se continuaban por la rue Chateaubriand. Siguieron buscándolas y claramente las pudieron percibir en la vereda. Continuaban por la misma calle, pasaban frente al pequeño hotel Mayflower y en la esquina, donde hay una ferretería, doblaban hacia la Avenue des Champs Elysées. Esa cuadra es mucho más corta que las demás y llegados a la Avenida, se dirigieron directamente a la boca del Metro en la estación George V. Descendieron por la escalera, siempre siguiendo las gotas de sangre, y llegaron hasta el andén por el cual transita el tren que va en dirección a la Place de la Concorde.
Decepcionados volvieron sobre sus pasos. Otra vez se había fugado, aunque esta vez herido. A medida que seguía cometiendo crímenes, las cosas se le iban complicando, pero no podían llegar a atraparlo.
- Esta vez no pudo llevarse el pecho extirpado – dijo Delacroix.
- Verdad…- reflexionó Garnier – Pero no hace al fondo de la cuestión…lo necesitas para algo ?
Delacroix no contestó. Esbozó una sonrisa amarga y se dió cuenta de la pelotudez que había dicho.
- Ven Delacroix - dijo Garnier - Ya se habrán encargado de todo en el lugar del crimen.
- Como cosa distinta, parece que en éste cao no hubo violación - acotó Delacroix.
- Tal vez porque fue sorprendido por el marido - dijo el Inspector añadiendo - Vamos a comer algo y tomar una cerveza por aquí. Dejemos que se encarguen de relevar todo los técnicos.
- De acuerdo - dijo el comisario.
Entraron en un restaurante de comida rápida y comieron una hamburguesa con cerveza. La gente seguía pasando y pasando por la avenida, como si nada hubiera sucedido. Es lo que pasa en las grandes ciudades. Hay millones de historias que pasan inadvertidas para los ciudadanos comunes. Era la hora de salida de una de las funciones del Teatro Lido. La gente se agolpaba en la vereda frente a las iluminadas marquesinas del teatro y las fotografías de bellas y exultantes mujeres apenas vestidas.
Comieron y tomaron sus cervezas casi en silencio. Cada uno estaba sumido en sus propios pensamientos. Sentían en su fuero íntimo el sabor amargo de la derrota.
Regresaron al lugar del crimen. La policía técnica estaba terminando sus actuaciones. El sargento Tassart se apersonó al Inspector Garnier y Delacroix y les preguntó:
-Vieron la inscripcion en el vidrio de la puerta de calle ?
- No…- contestó Garnier – me distraje con la sangre y todo eso.
- Vengan - los invitó el sargento.
Fueron a la puerta de entrada y esta vez, no escrito con lápiz labial, sino con un dedo mojado en sangre, se veía un dibujo y un nombre: ♥ Catherine
- Merde …!!! - exclamó Garnier - Ni herido ceja en sus intentos. Habrá tenido que dejar el pecho arrancado, pero piensa seguir matando.
- Esto es una charada - dijo Delacroix - quién adivina lo que quiere decir ?
- Sinceramente, así de buenas a primeras, no se me ocurre nada – admitió Garnier.
- Tendremos que aguzar las neuronas o llamar a una adivina - dijo amargamente Delacroix.

Al día siguiente, con mayor claridad mental, repasaron los hechos y volvieron a chocar contra una pared. El marido de la última víctima no conocía al asesino, a pesar de haberse visto cara a cara con él. Lo identificó con la imagen del identikit. Supuso que el hombre había ingresado a la casa junto con la mujer, probablemente amenazándola con el arma, porque era la hora habitual de regreso del trabajo de su esposa. El hombre tenía 50 años, su mujer 44, era jefa de relaciones públicas en el Palais de Chaillot, donde organizaba muestras cinematográficas y de artes visuales. Tenía su oficina allí mismo, con una preciosa vista de los jardines y las fuentes de Trocadero y la Tour Eiffel. Tenía vista sobre el río Sena y las coloridas embarcaciones que lo navegaban. Le atraía mirar las bateau-mouche, desbordantes de turistas que gozaban de la vista de Paris desde el Sena, pasando por debajo de todos sus puentes.
No había motivo para pensar que el asesino tuviera alguna cuenta pendiente con ella. Nunca en su vida habían tenido relación. Eso también era una constante en los asesinatos de este psicópata.
Mientras se realizaban las actuaciones policiales, se iba reuniendo una mayor información proveniente de la Policía Científica y de Dactiloscopia.
El asesino tenía sangre 0 factor rh negativo, que justamente no es de las más frecuentes. Su ADN estaba en marcha, pero debia esperarse unos días para tenerlo.
Dactiloscopia informó que se habían encontrado huellas digitales en los distintos domicilios de las mujeres asesinadas y la coincidencia de las mismas, hacían pensar que se trataba de la misma persona, es decir el asesino. Ya habían sido confrontadas con los registros de procesado y ex convictos, pero no se había encontrado entre ellos al portador de las huellas. El trabajo de buscarla en toda la población llevaría más tiempo.
Se había solicitado a todos los servicios asistenciales de pacientes psiquiátricos, antecedentes de tratamientos realizados a personas con similitud con el asesino, tanto en su parte fisica como en el tipo de patología que cursaba.
Todo el trabajo rutinario ya estaba en marcha. Sólo era cuestión de esperar resultados para armar el rompecabezas.
Mientras tanto, había que resolver el nuevo enigma. Qué quería decir ♥ Catherine ??
Catherine se llamaría la nueva víctima ?... Y el corazón que significaba ? Je t'aime Catherine ?
En la Central de Policía todo el mundo pensaba en esta charada… las versiones más inverosímiles rodaban por los pasillos.
Uno decía que la nueva víctima se llamaría Catherine y que en vez del pecho le iba a extirpar el corazón. No faltaba quien decía que la próxima víctima sería la conocida actriz Catherine Déneuve y el corazon era porque estaba enamorado de ella. Alguien mencionó el Marché Sainte Catherine en Le Marais. Otro dijo que podía ser en el Guinguette (café al aire libre) Sainte Catherine en Créteil o en el restaurante Chez Catherine en la rue Berryer, cerca de L’Etoile. Hasta un miembro de la Policía, el Comisario Leclerc estaba convencido que su esposa, que se llamaba Catherine sería la amenazada. Y se lo notaba contento….
(continuará)

16 comentarios:

Etèria dijo...

Hugo espero tu desanso este sentandote fenomeno. Ya ves, yo aquí puntual a ver que hay bajo el cielo de Paris... y como siempre bajo este cielo encontre una extraordinaria historia.

Besos

nathalie dijo...

uhmm..sous le ciel de paris..
que pena que esté de examenes, en cuanto termine me dedico a leerte integramente

bisous!

Agua de Luna dijo...

uhmmmm ...el regreso del guerrero, y llego bien provisto de inspiracion para regalarnos mas capitulos, bienvenido
Besitos, mmmmuakissss

Anónimo dijo...

Empeze a leerte y no puedo parar.
Por que no tengo un portatil,si no en vez de un libro ,te leeria a ti en mis viajes en tren.

Anónimo dijo...

Gracias por tu visita a mi blog y tus palabras.

Veo que sigues con tu...historia de crímenes. Ya te queda menos para el final, tienes a mucha gente espectante.

Un saludo,

María.

Anónimo dijo...

Gracias por dejar tus palabra en las más. Es un plcer encontrarme aquí.

Besos

Anónimo dijo...

Ufff que bueno Hugo, se nota además que conoces bien Paris, me encanta porque conozco muy bien la ciudad de la Luz he ido varias veces y amo todo lo francés, es por eso que me trasporto hasta allí y me meto en la novela hasta dentro.
Aplausos y besos

electrah dijo...

volviste!!!!!!!!jajajaja
más tarde te leo
bye

Anónimo dijo...

vaya vaya, ¡pues yo ya estoy lista para la sexta parte!

nathalie dijo...

no encuentro ningun contacto en tu página.. no te voy a contar mi vida por aquí ;)

Hugo dijo...

Nathalie: ahora tienes el contacto, perdon por no haberlo puesto antes.

electrah dijo...

jajaja el comisario deseando que asesinen a su mujer jajajajaa,como tantos jajajaja
bue, no demores en publicar
es que este asesino me fastidia
y ya quiero que lo atrapen
Es que una no puede andar tranqui con sus pechos por París!

Warren/Literófilo dijo...

AH MAE...COMO SIEMPRE CON GANAS DE SEGUIR LEYENDO HUGO, QUE BUENO, DE VERAS, MUY MUY MUY BUENO. ¿ALGÚN DÍA PUBLICARAS TODO ESO? MAE ME FASCINA TU ESTILO, DE VERDAD, MAE, MUY EN SERIO!!!! LA FORMA TAN EUROPEA COMO SE MANEJAN TUS PERSONAJES, TAN CLASICAS, TAN INMGLESES, O FRANCESES, PERO ESOS NOMBRECITOS, SEAS PERRU JAJAJA, ABRAZOS AMIGO.

Anuk dijo...

Yo sigo con mi teoría de que este asesino va detrás de un corazón ¿Quizá para Catherine? Yo me daría una vuelta por los hospitales en busca de listas de espera...Se me va la olla un poco ¿no? jajaja

Sombra dijo...

MUY BUENO,TE FELICITO!

Sombra dijo...

Gracias.Inmensas,
Estamos leyendonos... yo tambien escribo cuentos..quiza no tan sofisticados..quiza he leido demasiado a Benedetti y,salvando distancias,,,enormes...
saludos
Pasate cuando quieras. Estas invitado.

y el mate..siempre dispuesto.