miércoles, 28 de marzo de 2007

Sous le ciel de Paris... Cap. 6 (epílogo)


La autopsia de la última víctima demostró que su muerte se produjo por las lesiones producidas con el arma blanca en el pecho; la extirpación del pecho había sido realizada a continuación de las puñaladas, con el mismo cuchillo. No hubo violación, tal vez por la aparición del marido de la víctima, que precipitó la huída del criminal.
De todas maneras, nada significativo, a nivel de las investigaciones. No había conexiones entre esta mujer y las demás víctimas, a quienes el marido tampoco conocía.
En la Central de Policía seguían las conjeturas sobre el acertijo que había dejado el asesino, pero nadie encontraba algo concreto como para ser tenido en cuenta.
Habían comunicado a todos los hospitales, clínicas y sanatorios de la existencia de un herido que probablemente se pueda hacer atender, pero no había ningún reporte que ayudara.
Tres días sin ningún avance en la investigación. El Inspector Garnier y el comisario Delacroix estaban realmente desorientados. Era descorazonador.
- Es que no se puede pensar nada coherente tratándose de un loco - dijo Delacroix.
- No es tan así - contestó Garnier – tenemos un perfil del asesino como para pensar que reacciones puede tener. Nos falta un poco más de información.
- Si supiéramos que quiere decir ese corazon y el nombre Catherine… - dijo Delacroix.
Estaban en plena conversación en el despacho del Inspector, cuando sonó el teléfono.
- Aló …Inspector Garnier ? – preguntó una voz.
- Si – repuso el detective – quién habla ?
- El comisario Louis Lefrançois, de Dactiloscopia - se presentó - tenemos importante información para usted.
- De que se trata ? – inquirió Garnier.
- Tenemos la identidad del asesino de los pechos – dijo orgullosamente Lefrançois.
- Dígame todos los datos que tenga, por favor…- pidió ansiosamente Garnier.
- Bien. Su nombre es Attis Kotsiras, francés, nacido en París, de 44 años de edad, hijo de padre griego y madre francesa.
- Attis Kotsiras… - repitió el Inspector.
- Si. Attis - refirmó Lefrançois - nombre que en griego quiere decir “niño hermoso”.
- Pues sí que le han acertado con el nombre !! - exclamó Garnier.
- Su padre se llama Cyril Arvanitakis, nacido en Atenas y la madre Catherine Bremond, francesa nacida en Paris, ambos fallecidos hace 8 y 3 años respectivamente.
- Catherine !!! – exclamó Garnier – Justamente el nombre escrito por el asesino…!!!
- Se ha buscado su último domicilio registrado - continuó el Comisario Lefrançois - pero si bien figura en la calle Chardon 45, no vive allí desde hace muchos años. Eso queda cerca de Bois de Boulogne, pero le sugiero que ni lo tome en cuenta.
- Gracias - dijo Garnier – algún otro dato de interés ?
- No. Es todo por ahora – contestó el comisario.
- Merci beaucoup – dijo Garnier y cortaron la comunicación
- Bueno amigo Delacroix - dijo Garnier - aquí tienes un elemento más para develar la incógnita.
- Bien. Ya sabemos su nombre. Debemos investigar si alguna persona con ese nombre ha pasado por algun consultorio o clínica psiquiátrica – dijo Delacroix.
Acto seguido Garnier llamó por el intercomunicador a un subordinado pidiéndole la lista de lugares asistenciales especializados en psiquiatría.
- No nos movemos de aqui hasta averiguar en todos ellos – dijo Garnier.
- De acuerdo – asintió Delacroix – buen tarea nos espera.
En pocos minutos se encontraban con las listas de los establecimientos asistenciales solicitados, y comenzaron a llamar por teléfono pidiendo datos de algún paciente de nombre Attis Kotsiras. La búsqueda se prolongaría bastante, porque habia una lista interminable. Además, conseguir la comunicación, pedir hablar con algún responsable, etc…llevaba su tiempo. Pasaron dos horas y nada… de todos los lugares llamados contestaban negativamente.
- Pedimos una jarra de café ? - sugirió Delacroix.
- D’accord… - aceptó Garnier desperezándose – nos va a venir bien para despejarnos un poco.
Delacroix se encargó de solicitarlo y se puso a caminar delante de la ventana que daba a los jardines interiores.
- Qué me dices del nombre de su madre… Catherine ? - preguntó Garnier.
- Un corazon y Catherine…- reflexionó Delacroix - que la quería mucho… como corresponde a un Complejo de Edipo.
- Claro…pero no es para escribirlo en un espejo - objetó el Inspector.
En ese momento entró el ordenanza con el café y se dispuso a sevir dos tazas. Garnier y Delacroix seguían absortos en su conversación.
- Es que ese tipo es loco, Inspector - dijo Delacroix y agregó con sorna - J’aime a ma mère Catherine…. jajaja !!
- La mère Catherine ….!!! - interrumpió el ordenanza - Voy seguido con mi mujer allí a tomar una cerveza.
- Cómo….???...Dónde ????? - preguntaron al unísono Delacroix y Garnier.
- Chez la Mére Catherine - dijo tímidamente el ordenanza - es un restaurante o mejor dicho un bodegón. Cada vez que acompaño a mi mujer a misa en el Sacre Coeur, tomamos una cervecita allí.
- Dónde queda ? – preguntó el Inspector ansioso.
- Queda cerca del Sacre Coeur, en la Place du Tertre - contestó el ordenanza.
- Ese es el lugar…!!! …Coeur y Catherine…!!! - gritó Garnier - Vamos para allá, Delacroix.
Justamente en ese momento sonó el teléfono. El telefonista atendió y simultáneamente pasó la llamada al Inspector:
- Aló… Police…? – dijo la conocida voz gangosa y grave – Le hablo de la Maison Catherine.
- Quién habla ? - preguntó el telefonista, pero del otro lado de la línea ya habían cortado la comunicación.
El Inspector Garnier había escuchado todo por su línea. Se levantó precipitadamente y le dijo a Delacroix:
- Vamos - y dirigiéndose al ordenanza - acompáñenos, asi nos guía.

Cruzaron medio Paris a toda velocidad, subieron hasta la zona del Sacre Coeur y fueron hasta la Place du Tertre. Debían hacerlo con la sirena porque estaba atestado de turistas, pintores, escultores, artesanos de todo tipo, mimos, malabaristas. Lo de siempre en ese punto tan pintoresco y tradicional de la vida parisina.
Dejaron el auto en una de las esquinas y guiados por el ordenanza llegaron frente a un restaurant bastante antiguo, en un edificio de tres plantas pintado de amarillo y marrón, en cuyo frente se leía:
MAISON CATHERINE
Chez la Mère Catherine - Chambres
Maison fondée en 1793
VINS – TABAC – LIQUEURS
6 Place du Tertre a Montmartre
Entraron como una tromba hasta encontrar una señora.
- Policía - se identificó Garnier mostrando su placa - Conoce usted a Attis Kotsiras ?
- No. De que se trata ? – preguntó la mujer molesta.
- Tal vez conozca a ésta persona - insistió Garnier mostrando un identikit del asesino.
- Oh …sí… - titubeó la señora - alquila la habitación número 3 en el primer piso.
- Subamos ! - ordenó el Inspector - con cuidado…, que puede estar armado.
Indicó al ordenanza con voz autoritaria:
- Desocupe el local, que todo el mundo vaya afuera, incluso la señora.
El Inspector y Delacroix subieron lentamente la vieja escalera de madera que crujía bajo sus pies, con las armas desenfundadas. Llegaron a un pasillo en el primer piso que se encontraba totalmente a oscuras. Tantearon las paredes buscando encender una luz.
Al cabo de unos segundos encontraron una perilla, la accionaron y se encendió una única y débil bombita eléctrica pendiendo de un cable en el centro del pasillo. No se veía mucho más que sin encenderla, pero pudieron ver un pasillo con tres puertas escalonadas a lo largo del mismo. El techo era a dos aguas, totalmente de madera, con la tirantería y las cabreadas a la vista.
Se acercaron a la primera puerta, que tenía un número uno pintado a pulso. Avanzaron lentamente por el pasillo, apuntando al frente con las pistolas. Llegaron a la siguiente puerta, con el número dos pintado a mano. Prosiguieron hasta la tercera, que tenía el número tres. La luz mortecina del pasillo apenas llegaba a la misma.
Se colocaron uno a cada lado de la puerta y el Inspector gritó:
- Policía…abra la puerta…!!!
Del otro lado no se escuchó ni el más mínimo ruido. Repitió la orden:
- Policía… abra la puerta o la tiramos abajo…!!!
Nadie respondió a la orden. El Inspector Garnier se miró con el comisario Delacroix y con un gesto se entendieron. Tomaron impulso y embistieron contra la puerta. A pesar de ser antigua, apenas cedieron sus bisagras, dejando una hendija por la cual espiaron.
La habitación estaba o oscuras. Solamente se proyectaba luz desde afuera, confiriendo un aspecto tétrico a la escena. Una sombra se movía lentamente dentro de la habitaciòn con un movimiento pendular de izquierda a derecha y de derecha a izquierda. El Inspector Garnier intuyó lo que pasaba. Dio un último empujón a la puerta que cedió completamente, buscó la luz y encendió una lampara central. Junto a ella, se balanceaba el cuerpo inerte del asesino, colgado del cuello con una soga de una de las cabreadas de madera.
- Se suicidó…!! – dijo Delacroix sorprendido.
- Así es…- asintió el Inspector – Era una de las posibilidades. Recuerda cuando el Dr. Dubonnet nos dijo que podía caer en la depresión melancólica, pudiendo llegar hasta el suicidio.
- Es verdad - recordó Delacroix - Este hombre comenzó con los asesinatos de mujeres que para él representaban a su madre y al pecho materno, pero cada día se le complicaba más.
- No solamente eso, sino que cada día se profundizaba su psicopatía.
Abandonaron la escena del suicidio, en tanto llegaban los móviles policiales que se harían cargo del procedimiento.
Salieron a la calle, donde se habían agolpado cientos de personas, entre vecinos, vendedores, artistas, turistas, etc. La Place du Tertre seguía con todo su esplendor. Las luces brillaban por doquier, la bohemia parisina encontraba allí su máximo exponente, mientras que el centro de la Place, colmada de mesas de los diferentes restaurantes que la circundaban, seguían la rutina de servir las especialidades gastronómicas en ese lugar tan pintoresco.


F I N


15 comentarios:

Anónimo dijo...

Si, la recuerdo...es una canción italiana muy antígua.

Por fin terminaste tu...libro.

Ahora podrias leer "YO MATO " de Giorgio Faletti. Seguro que te gusta...

Un saludo.

Anuk dijo...

Se suicidó!!! Vaya! En el capítulo anterior, también pensé en el Sacré Coeur (por lo del corazón) pero no sabía de una Maison Catherine...¿existe en realidad? Bueno, de poco sirvió intentar adelantarse al asesino con este final tan drástico. Imagino la cara de bobos que se les habrá quedado a los polis...como la mía! jajaja
Enhorabuena por esta historia, me entretuvo.

Hugo dijo...

Maria: Lo buscaré al libro que me dices, seguramente que me gusta... Tengo algunos en la cola, pero lo leeré. Gracias por la sugerencia
Annabellee: Existe la Maison Catherine y con el letrero que puse en el texto. Todo lo que mencioné existe.
y viste ?? no siempre la Policía llega a tiempo...jaja

Agua de Luna dijo...

ainssss, que pena se termino como todo lo bueno, ahora hugo una duchita caliente, un ratito de relax mientras escuchas buena musica, te sientras en el sofa y comienzas a crear en esa mente de plagada de posibilidades...
Un besote de cholat el ultimo de este relato muaskisssssssss
PD.I. No hagas que esperemos mucho...

ESTEM dijo...

JO PRECIOSO ME LO QUEDARE SI NO TE IMPORTA JAJAJJA

ME ENCANTÓ

BESOS

Amorexia. dijo...

Es obvio que quería ser encontrado, creo que quién llamo para dar el nombre fue el mismo, por que no explicas mas. Sobre el asunto de Edipo...leeté la interpretación de los sueños de Freud para que puedas entenderlo un toque mejor y componerlo un poco, por lo demás me mantuviste amarrado leyendo. realmente muy bueno.

electrah dijo...

mmmmmmmm,no me lo creo..
para mí que fue el psicólogo y que como nadie sabía que era su paciente
utilizó su perfil para asesinar
besos

SUAVE CARICIA dijo...

he venido a leer solamente, pero creo que hoy dejare algo escrito para que sepas que disfrute tu historia, rl final genial, sorprendente, pense que no moria, si era psicopata, y disfrutanba con el sufrimiento, pense que disfrutaria su estadia en la carcel. pero si me gusto eso me gusta de un libro que me sorprenda y este lejos lo hizo
felicitaciones

dejo suaves caricias
besos mil

Unknown dijo...

yo también voy por lo del colega asesino!!!

Etèria dijo...

Ya ves, incluso el final fue imprevisible, casi todos tus lectores creo lleguemos ha dilucidar que le Sacré Coeur tenia algo que ver pero Maison Catherine y el nombre de la madre... Por cierto gracias por la información, ya tambien iba a preguntar si realmente existia Maison Catherin.

Nada, ya sabes aquí tienes una lectora ansiosa por ver con que nos sorprendes a partir de hoy.

Mil besos.

Anónimo dijo...

¡Mon coeur! ¡la sixième !

Sería bonito que su muerte estuviera más descrita, para imaginarnos en momento en el que decidió victimizarse y el proceso que siguió.

J'aime des histoires morbides!

Susana dijo...

como he tenido el pc estropeado, he tenido que leer el 5 y 6 juntos, me gustó el final, aunque reconozco q no me gustan los finales, ahora espero al proximo...besos su

Carolina dijo...

Los finales no son siemmpre como los esperas... esta es la prueba de ello.

Saludos

http://milyuncosasdelavida.blogspot.com/

Anónimo dijo...

Gracias por tu visita a mi blog.
Me disculpo por no haber venido antes pero me encontraba de viaje.
Saludos.

Warren/Literófilo dijo...

Caray...lo sabía...