lunes, 18 de junio de 2007

ROBO EXPRESS - CAP. 7

Al dia siguiente, puntualmente se encontraron para realizar los trámites previstos. Llevaron todo a la Fiscalía y horas después tenían la autorización judicial para secuestrar la motocicleta y hacer las pruebas en Criminalística. Ya habían conseguido el domicilio del piloto de la máquina, Herberto Grancelli y hacia allí se dirigieron en el automóvil policial, seguidos de una camioneta para cargar la motocicleta.
Eran las 10,15 de la mañana cuando llegaron a la casa de Grancelli, un lindo chalet de dos plantas con doble garage y un parque de mediano tamaño. El mismo Grancelli los atendió, los hizo pasar y le impusieron del motivo de la visita.
- No habrá nigún inconveniente - dijo Grancelli con una sonrisa y cara de tranquilidad.
- La motocicleta está aquí en su casa ? – preguntó el Inspector Alvarenga.
- No - contestó el piloto - nunca la tengo yo. Siempre la llevan directamente al taller.
- Nos puede acompañar hasta allí ? – preguntó Alvarenga.
- Por supuesto – aceptó Grancelli – Voy a telefonearles a los mecánicos asi la tienen preparada y no les hacemos perder tiempo.
- Le agradecería que no avise nada - pidió Alvarenga – Discúlpenos, pero de acuerdo a las normativas policiales, preferimos no avisar previamente.
- Como quieran. No hay problema. - dijo Grancelli - vamos marchando.
Grancelli fue con ellos en el móvil policial para indicarles el camino, mientras eran seguidos por la camioneta. El taller quedaba bastante alejado del domicilio del piloto. Luego de mas de 45 minutos de marcha, llegaron a una zona con calles de tierra, donde se veían muchos talleres mecánicos de diversa índole. Uno de ellos, prolijamente pintado en color gris y con un gran portón color azul parcialmente abierto. Grancelli les dijo que detuvieran el automóvil allí y juntos entraron en el taller. Allí estaban trabajando en la moto dos de los mecánicos, Nicolás Kahler, de unos 35 años y Marcelo Mendiondo, mucho más joven, de unos 20 años. quienes fueron nuevamente presentados a los policías. Los detectives se dieron cuenta que con su aspecto tan deportivo e informal que habian lucido en la pista, no fueron reconocidos. Estaban trabajando justamente en la moto gris metalizada. Habían retirado la rueda trasera y estaban por desarmar una parte del motor.
El mismo Grancelli les comunicó el motivo de la visita del Inspector Alvarenga y el Detective Lucarini, lo cual ocasionó extrañeza a los mecánicos.
- Habría alguna posibilidad de postergar esto por una semana? - preguntó Kahler - porque tenemos que hacer urgentes reparaciones para que la moto esté lista para competir el domingo próximo.
- Lamentablemente no - denegó Alvarenga - esto es una orden judicial y es de suma importancia para nosotros.
- No es suficiente con que la miren acá ? - insistió Kahler.
- Mira…Nicolás… - intercedió Grancelli - no podemos obstaculizar la labor de la policía. Incluso si no se puede, no correremos el domingo próximo.
- Estás loco ? - exclamó Kahler - hay muchos intereses en juego. Yo presentaría un recurso de amparo para evitar que se lleven la moto.
- Debo explicarle que esto es una orden judicial – aclaró Lucarini – no cabe aquí ningún recurso de amparo.
- Eso lo tendría que consultar con un abogado - insistió mordaz el mecánico - Con toda seguridad tardarán toda la semana en devolvernos la moto, para hacer las boludeces que siempre hace la policía.
- Basta…!!! - ordenó Grancelli - no te tornes insolente.
- Haga caso de lo que le dicen - aconsejó el Inspector - hago de cuenta que no he escuchado sus palabras, porque no quiero procesarlo por desacato.
El mecánico se retiró unos metros, nervioso y refunfuñando por lo bajo. El otro mecánico, Mendiondo, el más jovencito, no había articulado palabra y miraba todo con grandes ojos de sorpresa.
- Bueno… armen lo que han desarmado, coloquen la rueda trasera y entreguen la moto a los señores - ordenó Grancelli - Yo me encargaré de hablar con la gente de la Federación y con los sponsors.
- De acuerdo – fue lo único que dijo Mendiondo y se dispuso a trabajar.
Kahler se había retirado a los fondos del taller, y de allí salió por una puerta, no volviendo a aparecer en escena, ni siquiera para colaborar en el armado de la moto.
Mientras Mendiondo preparaba la moto, Grancelli llevó a los policias a un privado, donde les convidó con café y les pidió disculpas por la conducta de Kahler.
- No se preocupe - dijo Alvarenga - estamos acostumbrados a estas cosas.
- Si. - asintió Lucarini - no se pueden tomar sus palabras al pie de la letra… hay que considerar su estado nervioso, etc.
- Dígame, Grancelli: Nicolás siempre es así, nervioso y explosivo ? – preguntó Alvarenga.
- No. Me extrañó su reacción - contestó Grancelli - No es un jovencito y debe entender que con histerias no se soluciona nada. Además, no es para tener temores. Estoy seguro que las pericias serán negativas, porque esa moto solo se usa para correr en pista.
- Usted tiene contacto diario con la máquina ? – preguntó Lucarini.
- No. Solamente nos encontramos en la pista para prácticas los jueves o viernes, antes de cada carrera y excepcionalmente paso por el taller. Mi función es conducirla. Realmente los mecánicos me dan la máquina servida… es de ellos el mayor mérito - contestó Grancelli y continuó - Por otra parte debo realizar otras actividades, mucha gimnasia... porque el estado físico es fundamental, entrevistas periodísticas, publicidad...en fin... detras de esto hay todo un mundo.
- Sí, realmente las contorsiones y el dominio físico que muestran cuando están en carrera, especialmente en las curvas es terrorífico - acotó Lucarini.
- Es cuestión de práctica…- minimizó Grancelli – Yo tengo 28 años y desde los 10 años que ando arriba de una moto. Mi padre ya era aficionado al motociclismo. Lo llevo en los genes.
- Otra pregunta Sr. Grancelli - interrumpió Alvarenga – En su equipo hay algún otro mecánico que atienda la moto ?.
- Si - contestó el piloto – también trabaja con nosotros un muchacho de apellido Fuertes, Gabriel Fuertes…. Pero justamente hoy no vino a trabajar.
- Los mecánicos deben concurrir al trabajo todos los días ? – preguntó Alvarenga.
- Sí, por supuesto. Como en cualquier trabajo – explicó Grancelli – aunque últimamente Fuertes ha estado faltando. Según contó andaba con ciertos problemas familiares que no conozco a fondo.
En ese momento entró Mendiondo diciendo que la máquina estaba lista. Alvarenga llamó a los dos policías que esperaban en la camioneta en la puerta del taller y cargaron la hermosa moto gris metalizada.
Los policías saludaron a Grancelli y a Mendiondo. Miraron por todas partes, pero Kahler se había esfumado.
En marcha hacia la Central de Policía, Alvarenga rebosaba de alegría.
- Hemos sacado algunas conclusiones, además de traernos la moto, no ? – le dijo a su compañero.
- Ya lo creo - asintió Lucarini – Me llamó la atención la conducta tan rara de Kahler.
- Por cierto – dijo Alvarenga – contrastando con la conducta colaboracionista de Grancelli, todo un caballero y Mendiondo.
La motocicleta fue llevada directamente a Criminalística, donde la Policía Científica haría los estudios correspondientes para detectar similitudes entre eses rodado y el que fue utilizado en el robo. El Inspector Alvarenga pidió expresamente que se tomaran las huellas que producian los neumáticos con un peso similar al calculado para el ladrón y el conductor de la moto para comparar con las que se habían obtenido en el lugar del hecho, que se tomaron huellas dactilares existentes en la moto, para comparar con las obtenidas en las colillas de cigarrillos y que se investigara la pintura de la motocicleta, si fue realizada antes o después del robo y si siempre había permanecido del color gris metalizado que presentaba en la actualidad.
Se estimaba que todos los estudios estarían terminados en 48 horas, por lo que no había mas remedio que esperar. El detective Lucarini ordenó a dos de sus hombres, el detective Gambina y el detective Vincent, que vigilaran los movimientos de Gabriel Fuertes y del matrimonio Giménez.
Dos días después, el Inspector Alvarenga fue citado de Criminalística, porque ya tenían terminados los estudios solicitados. El Inspector invitó al detective Lucarini a ir personalmente para recabar la información. Fueron recibidos por el Jefe de la Policía Científica, quien los invitó a su despacho.
- Bien… - dijo el Jefe a modo de introducción – ya tenemos evidencias bastante interesantes.
- OK. – aceptó ansioso Alvarenga – somos todo oídos.
(continuará)

13 comentarios:

Erotica Dominacion dijo...

Hola Hugo, gracias por tu visita y comentario.
Por curiosidad... cual es la edad dificil???
Si te animas hacer el juego del telefono , espero que me lo cuentes, aunque no des detalles ;)

Un besito.

Erotica Dominacion

Etèria dijo...

Eso, eso... soy toda oidos... Jajaja. ¿Quien es el malo?

Besos.

MALEFICABOVARI dijo...

Pero bueno... y el final???¿¿¿ Me leo toda la historia... empiezo a hacer cabalas mentales... que ya se cuál es el malo, que fijo que la moto fué la culpable, y su corredor lo fué mas... y me quedo ahora sin saber el final?
ESCRÍBALO, POR DIOSSSS, ESCRÍBALOOOOOOOOOOOOOOOOOOO¡¡¡
Un beso fuerte.

Hugo dijo...

Erotica dominacion: en realidad el nombre del blog, "edad dificil" quedó, porque lo inicié hablando de la edad en la cual se comienza a hablar de la muerte porque los padres están llegando a la etapa final de su vida. En un abrir y cerrar de ojos, eso llega y uno tiene que asumir lo que es la muerte, primero en sus seres queridos, luego en uno mismo y tener una filosofía de la misma.
Luego de hablar algo de todo eso, sali del esquema y comence con las novelas/cuentos policiales.
Haré el juego, tançmbien se lo prometi a Belita, pero cuando termine este cuento...prontito, para que no pierda continuidad.
Gracias por visitarme

conny dijo...

hola hugo, gracias por tu visita y tu comentario, un beso

Tina Marie dijo...

Parece que he perdido el hilo, sin embargo no se perdió el contacto y a fin de cuentas, eso importa más. =)
Feliz Martes.
Saludos.

Unknown dijo...

Empezamos otra vez con la angustia por que pongas un final!!!

besos

Anuk dijo...

Dale Hugo! Ya falta menos

Anónimo dijo...

Hugo, que genial tenerte de vuelta.
Me paso de rápido solo para saludarte, vuelvo a leerte más tarde.
Un abrazo y un beso de bienvenida para tí.

LA_ARAÑA dijo...

tambien somos todos ojos para leer....esperare el proximo
cap 8!!!
tejiendo...tejiendo....
SALUDOS

Luciernaga_Fairy dijo...

tamos claro de quien es el ladron?=?.....
saludos!!

ESTEM dijo...

JO CADA VEZ MAS INTERESANTE ESPERO ANCIOSA EL SIGUENTE

BESOS

Unknown dijo...

Hola!!!

Te tengo tarea en una encuesta de mi blog!!!!