jueves, 8 de febrero de 2007

CRIMEN DE OCASION - CAP. 11

A ambos lados del pasillo se veían puertas numeradas. Llegó a la número 15 y abrió. La habitación era tan mugrienta como el pasillo. El detective la seguía. Cerró la puerta a sus espaldas, tomó el libro, lo abrió y leyó:
- Su nombre es o era Ron Matthews, dijo que venía de Miami. Ingresó el día domingo 9 a las 14 horas. El martes a la noche ya no regresó a dormir, ni vino más por aquí.
- O.K.- dijo Santrock anotando su nombre - Puedo ver sus efectos personales ?
- Aquí están - contestó la mujer, abriendo la puerta desvencijada de un ropero con el espejo roto.
Santrock examinó una por una las ropas y en un bolsillo encontró un I.D.
- Ajá... Ron Matthews, nacido en Tampa, domicilio en Miami, 42 años de edad, casado - repetía en tanto iba leyendo y anotando minuciosamente.
- Necesita algo más ? - preguntó amablemente la mujer.
- Suficiente por ahora - contestó Santrock fijando su vista y tratando de memorizar la foto del documento - Muy amable.
Con un gesto de agradecimiento acompañado de los cuarenta dólares en un bollito, que la mujer tomó prestamente, ambos abandonaron la habitación.
Santrock salió a la calle y caminó pensativo. La cara de la foto sería la cara deformada del cadáver que había visto en la Morgue. Había bastante similitud, pero era difícil una identificación con certeza. A pesar de todo, tenía el presentimiento que estaba en el camino correcto.
Regresó a su oficina. Tenía que evaluar los papeles que había obtenido en el departamento de Patty. Se encerró con llave en su oficina, se sirvió un whisky doble y sacó de su caja fuerte toda la documentación. Examinó los talonarios de cheques uno por uno. Hizo algunas cuentas con su calculadora y anotó algunas cifras en un borrador. En una chequera pudo ver que el titular de la cuenta era Patty solamente. En ella no tenía firma su marido. Se sirvió un segundo whisky, lo saboreó mientras pensaba y pasó casi media hora absorto en sus pensamientos, hasta que unos golpes en la puerta lo sacaron de sus meditaciones. Mientras caminaba hacia la puerta preguntó: - Quién es ?.
- Wendell.
- Adelante - dijo, haciéndolo pasar – Llegas en el momento justo. Necesito que me ayudes a aclarar unas cosas. - Mira - y mostrando el botón preguntó - lo reconoces ?.
- No - contestó extrañado Wendell - Pero es un botón de un saco.
- Este botón se encontraba en la habitación de Patty y presuntamente pertenece a un saco de hombre marca Pierre Cardin. No recuerdas si Stuart tiene alguno ? - inquirió Santrock.
- Sí - respondió nuevamente Wendell - Stuart tiene un saco azul con ese tipo de botones, pero es muy común. Conozco otras personas que tienen prendas con estos botones.
- Bien...- murmuró Santrock - Me encantaría conocer a quien haya perdido este botón en la habitación de Patty. Alguien tiene un saco al cual le falta un botón, y salvo que sea Stuart, es altamente sospechoso.
- Otra cosa…- continuó - Estos talonarios de cheques son de la cuenta privada de Patty en el Chase Manhattan Bank. Fíjate que existen varios cheques, extendidos a boutiques, casas de modas, servicios, salones de belleza, etc., por cifras que no llaman la atención, pero hay doce cheques extendidos por un valor total de casi trescientos mil dólares, en cuyos talones no está registrado a la orden de quien se hizo. Solo está escrito el monto y S/C. Habitualmente esto significa Sin Cargo, pero aquí no lo entiendo...
Wendell examinó los dos talonarios y se quedó perplejo. Tardó unos segundos en contestar.
- Yo estuve averiguando sobre la existencia de cuentas corrientes de Patty y están a la orden recíproca con su marido.- dijo Wendell cuando reaccionó - Son tres, en distintos bancos. He averiguado, tal como quedamos, sobre los cheques emitidos en todas ellas y fundamentalmente son cheques de Stuart y por cifras que no llaman demasiado la atención, emitidos a favor de diversas casas de comercio. Pero de esta cuenta privada, con firma solamente de Patty, no había tenido noticias. Por otra parte esos cheques con la inscripción S/C... - repitió lentamente - No se me ocurre a quién se habrán entregado.
- S/C… primer enigma...- dijo Santrock distraídamente – Aunque no tan misterioso. Podrían ser las iniciales de Steven Carlsson, el profesor de gimnasia ? Sabías que Patty aportó una buena suma de dinero para montar el gimnasio del edificio ? - preguntó a quemarropa Santrock.
- Sabía que había colaborado - asintió Wendell sorprendido - pero de ninguna manera se me hubiera ocurrido que su aporte ascendía a semejante suma. Con todo ése dinero hay suficiente para montar cuatro gimnasios - y prosiguió razonando - Además, la compra de un aparato cualquiera en una casa de comercio, se paga con un cheque a la orden de la casa que lo vende.
- El hecho de que los cheques hubiesen sido extendidos a Steven Carlsson en forma personal y directa - aseveró Santrock dando un giro con sus palabras - y por sumas superiores a las que demandaría la compra de aparatos para el gimnasio, llama la atención y puede hacer pensar...
- Entiendo claramente - interrumpió Wendell y agregó - Hable sin rodeos.
- Bueno...- siguió el detective con cierta prudencia - hace pensar que Patty era víctima de una estafa o...
- O que Steven se acostba con mi hermana yle sacaba dinero, verdad ? - interrumpìó Wendell.
- Puede hacer pensar... - murmuró Santrock.
- Yo lo pienso - dijo cortante Wendell con su cara pálida.
- Lo cual - continuó lentamente Santrock - agrega un ingrediente más al caso y un elemento que no encaja dentro del esquema...En fin...ya lo ordenaremos en la medida que aparezcan nuevos elementos. En otro orden de cosas, Gibbons, mi ayudante, está siguiendo a Stuart y hemos llegado a la conclusión que tiene una amante desde hace aproximadamente un año que se llama Shaun. Sabías algo de ésto - preguntó.
- Si, claro, con ella viajó a Buenos Aires - contestó Wendell.
- No, ésta es otra - aclaró Santrock, pasándose una mano por sus cabellos - La de Buenos Aires fué una aventura del momento.
- Todos los días uno se sorprende con algo nuevo - reflexionó Wendell.
- En estos casos, la importancia de las amantes - explicó el detective - radica en que cuando es asesinado uno de los cónyuges, el hecho pasional de ninguna manera debe ser descartado. Son sospechosos el cónyuge y la amante.
- Entiendo - asintió Wendell, tragándose la bronca.
- Y acá te tengo otra sorpresa - dijo el detective mostrando una hoja de papel - Encontré el anónimo que recibió Patty. Lo tenia doblado en su libreta.
Wendell lo desplegó y leyó su texto, compuesto por letras de distinto tamaño y color, recortadas de revistas:

PRONTO
MORIRÁS

Y repitió a media voz : - Pronto Morirás.
- Ni idea – dijo y dirigiéndose al detective agregó - De todos modos si fué Brett, tal como supuso Patty, o era otra persona, ésto puede ser un alerta como para tener en cuenta.
Sus palabras quedaron interrumpidas por la campanilla del teléfono. Santrock levantó el tubo:
- Hola - dijo.
- Habla Teddy - se identificó su ayudante - Lo llamo para informarle que hace un momento, a la salida del departamento que ocupa Stuart, una mujer lo increpó duramente. Stuart estaba acompañado por Shaun. De acuerdo a la versión del diariero de la esquina, la mujer lo había estado esperando hace tiempo, cuando lo vió lo insultó a los gritos, llorando y lo abofeteó.
- Alguna otra amante despechada ? - preguntó Santrock.
- No. Las amantes de Stuart son todas hermosas - respondió Teddy con sorna - La mujer que lo insultó es una mujer fea, de aspecto humilde y mal vestida.
- Necesitamos hablar con ella !! - indicó el detective.
- La tengo casi localizada… déme un par de horas – pidió Teddy.
- Bien muchacho !! – lo felicitó el detective – avísame cualquier novedad.
- Todo esto es muy extraño - dijo pensativo Santrock colgando el tubo y le contó toda la conversación a Wendell.
Santrock se incorporó lentamente, se dirigió hasta el placard. Wendell adivinó su intención. Ya había aprendido que para concentrarse, el detective apelaba a un buen trago. Santrock regresó con dos whiskys dobles on the rocks y en un tácito entendimiento tendió un vaso a Wendell. Luego de un primer sorbo en silencio, Santrock, que ya estaba sentado en su sillón anunció:
- Hay más novedades - y prosiguió - Mañana me dedicaré a investigar todo lo relacionado con la identidad de una persona que desapareció aquí en Nueva York la misma noche que asesinaron a Patty. Tengo casi la certeza que es el hombre que buscamos. Tendré que ir a Tampa y a Miami. - Tampa ? - preguntó con sorpresa Wendell.
- Sí, Tampa. Por qué ? - inquirió con curiosidad Santrock.
- No... nada en particular. Sólo es que da la casualidad que Tampa es la ciudad donde nació Stuart - aclaró Wendell.
- Qué casualidad ! - dijo Santrock en voz baja, y se tomó el resto del whisky.

Wendell calculaba que por lo menos durante las próximas cuarenta y ocho horas se produciría una pausa en el incesante flujo de novedades que habían surgido de la investigación y que le habían impactado tanto. No estaba acostumbrado a esta vorágine de sorprendentes acontecimientos, totalmente distintos de su rutina cotidiana. Habitualmente se estima que el mundo de los negocios es complicado y sujeto a tensiones, pero para Wendell no existía punto de comparación con lo que estaba viviendo en estos días. Todos estos pensamientos deambulaban por su cabeza, mientras trataba sin éxito de conciliar el sueño. Cuando le contó las novedades a Lisa, le causó cierto escozor participarle algunos pormenores. La conversación fué extensa y tensionante. Para colmo esta impasse hasta que regrese Santrock, le crispaba los nervios y le provocaba una sensación de desasosiego. Y en esa vigilia, tratando de desentrañar cuáles eran realmente sus pensamientos, llegó a la conclusión que no podía mantenerse sin tomar alguna iniciativa en relación con Brett, sintiéndose culpable de no haber liberado a Patty de una situación que lo involucraba, porque era consecuencia de resoluciones del directorio. Así es que se durmió con la determinación de ver al día siguiente a Brett, tratar a fondo la cuestión y llegar a una conclusión respecto a su responsabilidad en la muerte de Patty.
Se despertó temprano, nervioso pero seguro, tomó apenas unos sorbos del café que le ofreció Lisa y salió en el Oldsmóbile conducido por Jimmy rumbo a las oficinas de la Empresa. Era demasiado temprano para encontrar a Brett, pero no se podía aguantar en su casa. Indicó a Jimmy que lo dejara cerca de las oficinas, compró un diario para entretenerse y se sentó en un café, al lado de la ventana para distraerse, mientras llegaba la hora y ensayaba su discurso.
Cuando llegó la hora apropiada, se dirigió hacia las oficinas. Su corazón latía aceleradamente y gotas perladas de sudor frío se acumulaban en su frente. Caminó más lentamente respirando profundamente para serenarse y entró en el edificio saludando al portero. Subió al piso 17 y en segundos penetraba en las oficinas. Mientras iba a su despacho, recibió ls condolencias del personal y ni bien vió a Claire, su secretaria, le hizo una seña para que lo siga.
- Ha llegado ya Brett ? - preguntó a la secretaria.
- Creo que está en el 18 - respondió Claire.
El 18 era el piso superior, que también era ocupado por oficinas de la Bryant's Food Enterprise.
- Llámelo inmediatamente - ordenó Wendell en forma autoritaria - Tengo que hablar urgente con él.
- Sí señor Wendell - contestó Claire, asombrada por el tono inusual en su jefe - En seguida.
Mientras se retiraba, escuchó que Wendell le decía:
- Ah ! Cuando esté con Brett, que nadie nos interrumpa por ningún motivo.
Pocos minutos después Brett ingresaba en el despacho.
- Buen día..., me llamabas ? - dijo ensayando el saludo más cortés posible, que se le quedó congelado al observar el aspecto de Wendell.
Wendell estaba de pié detrás de su escritorio, apoyado con ambas manos sobre el mismo, su rostro pálido, con las facciones endurecidas. Los surcos nasogenianos remarcados, los ojos bien abiertos y con una gélida y profunda mirada.
- Adelante... siéntate - su voz era más una orden que una invitación.
Brett percibió de inmediato que el ambiente estaba espesísimo, se sentó defensivamente en la punta del sillón y quedó esperando lo que pudiera venir.
- Me he enterado que habías amenazado a Patty - comenzó a decir Wendell sin variar su tono - quisiera que me expliques éso.
- No... yo no...- balbuceó Brett intentando negar.
- No trates de mentir, reverendo hijo de puta - rugió Wendell.
- Bueno...quiero decir que...- trató de explicar Brett - yo no hice nada más que decirle que le íbamos a sacar la presidencia de la Empresa.
- Y el anónimo ? - preguntó concisamente Wendell.
- Qué anónimo ? - repreguntó el muchacho.
- Bien sabes a qué me refiero - gritó Wendell dando la vuelta a su escritorio y acercándose.
- No sé de que me hablas - negó Brett bajando la vista.
- Mocoso de mierda, aprendiz de delincuente - Wendell lo tomó de las solapas, levantándolo del asiento - Me vas a confesar la verdad absoluta o te voy a reventar aquí mismo.
La mirada de Wendell echaba chispas, sus puños cerrados estrujaban las solapas del elegante saco de Brett y éste entendía que la situación era más que complicada. Aún así, esbozó otra negativa: - No sé nada – dijo quedamente.
Con esta última palabra coincidió un feroz rodillazo en los testículos, que hizo aflojarse y gemir a Brett, siguiendo un puñetazo de su mano derecha que se incrustó en su sien izquierda. Wendell soltó las solapas que sostenía con su mano izquierda y Brett cayó pesadamente al piso. Wendell quedó de pie a su lado con las piernas abiertas, una a cada lado de él y los brazos en jarra a la cintura, listo para proseguir la golpiza.
- No… no, por favor - suplicó Brett llorando - te contaré la verdad.
Wendell se agachó, tomó nuevamente de las solapas, lo levantó y lo tiró sobre un sillón, en donde quedó hundido.
- Yo....yo mandé ese anónimo - confesó entre sollozos - pero no hice más nada.
- Dime la verdad, pedazo de maricón - insistió Wendell propinándole un fuerte trompis que le fracturó la nariz - Tú la mataste a Patty o pagaste a un asesino amigo tuyo para que lo haga ?.
- No...no...yo no tengo nada que ver - gimió Brett mientras chorreaba sangre de sus fosas nasales - Sólo mandé ese anónimo para asustarla.
Wendell había apelado a toda su violencia para llegar a este punto y no sabía como seguir profundizando el interrogatorio. No conocía el metier policial, ni siquiera él era un "violento". Lo ocurrido había sido producto de su bronca reconcentrada y no se arrepentía, ya que Brett se lo merecía. Pero...podía dejar el asunto ahí y creer en la inocencia de su primo ?
- Eso lo definirá más adelante la policía, de acuerdo con sus investigaciones. Si eres culpable, te van a desenmascarar - concluyó Wendell - Por ahora, ésto va para una mierda como vos.
Acto seguido salió del despacho, dejando a Brett totalmente desparramado, gimiendo y sangrando en el sillón. Cerró dando un portazo y se dirigió a los ascensores, bajo la mirada atónita de Claire y otros empleados que se habían quedado paralizados al intuir lo que había ocurrido en el interior del despacho.
Wendell descendió a la planta baja, saludó nuevamente al portero al salir del edificio, encendió un cigarrillo y se dispuso a caminar un rato por la City. Por una parte estaba nervioso, pero por otra sentía la íntima satisfacción de haber hecho algo que tenía pendiente. Mientras caminaba, recordaba las palabras y la actitud cobarde de Brett. No sabía si lo ocurrido sería útil para la pesquisa, pero por lo menos se había sacado un entripado de encima.
(continuará)

10 comentarios:

Verena Sánchez Doering dijo...

definitivamente te pido que escribas un libro
tienes toda la esencia de un gran novelista amigo y te felicito
hazlo
gracias por tus saludos en Lagrimas, para mi tambien oasis es lo mejor
besitos y gracias
que estes muy bien




besos y sueños

Cazadora de almas dijo...

Pues que siga que me he enganchado!
Besitos!

Trini Reina dijo...

Deberías editar estos textos como novela, estas letras merecen estar en papel.

Un abrazo

El detective amaestrado dijo...

Me traes al deguello...

Amorexia. dijo...

Se permiten las reproducciones ilegales de tu novela... quiero que la lea mi madre... pero si la pongo a leer en la pantalla me mata.
Muy bueno.

Jairo Ordoñez Montenegro, Marco Tulio Alfaro Villalobos. dijo...

si que bueno, creo que ahora están de moda las novelas en los blog, por ahi leí una, creo...

electrah dijo...

sisisisisi,queremos el libro ya!!!!!!

Hugo dijo...

Electrah: Gracias, muchas gracias, van a creer que te pago para que me elogies...jaja.
Sigo esperando algun cuento tuyo...

electrah dijo...

veo que todos te elogian,
aún no puedo acceder a mi blog,me lo habrán hakeado?y si es así.con qué intenciones???

CEL dijo...

Vengo a darte las gracias por tus palabras en mi blog, hoy ando con prisa, volvere.

Un saludo