jueves, 18 de enero de 2007

CRIMEN DE OCASION

Cambiando el enfoque del blog, ensayaré una narración, a consideración de mis amigos…

Wendell Bryant estaba pasando una semana sumamente complicada. Además de atender sus tareas de la vicepresidencia de la Bryant's Foods Enterprises, debía reemplazar a Stuart Johnson, su cuñado, en sus funciones de Director Ge-neral, ya que había viajado por asuntos de la Empresa. Mientras duraba su ausencia, pasaba a buscar a su hermana Patty, que ejercía la presidencia de la firma, para ir a las oficinas de la misma. Pero ya era miércoles y sólo tendría recargada su tarea por dos días más, ya que Stuart regresaría el Viernes y se encargaría de su trabajo y de su mujer.
Se sentó frente al gran ventanal que daba al parque, contemplando la sedante vista del cuidado césped, los hermosos árboles y flores multicolores. El encargado estaba limpiando el fondo de la piscina para dejarla impecable, ya que desde temprano Jessie y Jonathan, los dos pequeños de seis y siete años disfrutaban el placer del verano. Todo era paz y alegría en la hermosa casa de Wendell Bryant, situada en una zona residencial de Queens, bien lejos del bullicio.
- Hoy regresaré algo más tarde, porque tenemos la reunión con los empresarios canadienses interesados en la importación de nuestros productos y con Patty tendremos que convencer previamente a "nuestros queridos socios" de conceder cierta financiación... - dijo Wendell a su esposa, agregando – Evidentemente los Bryant y los Mac Taylor nunca se llevaron bien. Para cualquier decisión, siempre los socios parientes de la rama materna están en contra. Te diré que cada día que pasa, las "internas" en la Empresa se tornan más ásperas. No cabe duda que quieren tomar el control total, consiguiendo la presidencia y la mayoría de los cargos en la próxima Asamblea.
- No osarán sacarla a Patty. Recuerda que fué designada por decisión de tu padre - dijo Lisa.
- No sólo quieren desalojar a Patty, sino a todos los de la familia Bryant. Si la Empresa llega a caer en sus manos, buscarán solamente el beneficio de su sector. Son unos sinverguenzas, lo cual puede ser peligroso para la Empresa y para nosotros, porque no vacilarán en realizar incluso cosas ilegales – dijo Wendell.
Se despidió besando a su joven esposa, tomó su attaché y se dirigió hacia la puerta donde lo esperaba Jimmy, el chofer, al comando del impecable y reluciente Oldsmóbile.
- Buenos días Sr. Bryant - saludó amablemente Jimmy.
- Buenos dias Jimmy – contestó Wendell, sentándose en el asiento posterior, detrás del chófer.
Cuando se sentaba allí, Jimmy sabía que Wendell no estaba conversador, lo sabía y lo respetaba. Cuando tenía ganas de conversar, se sentaba en el otro lado, posición que ofrecía posibilidades de diálogo. El viejo Jimmy, un hombre de la más absoluta confianza para la familia Bryant, hacía más de treinta años que era chófer de los Bryant. Fue chofer de Bryant padre, cuando Wendell tenía sólo dos años. Nunca podría olvidar el día del accidente aéreo que le costó la vida al matrimonio Bryant. Desde entonces continuó siendo el chófer de Wendell Bryant a quien quería entrañablemente, aunque lo respetaba y trataba de usted, a pesar de haber compartido con él los juegos de la infancia. Era su preferido, ya que la otra hermana Bryant, Patty, dos años mayor que Wendell, si bien era una excelente persona, no tenía el carácter alegre de su hermano. Probablemente por sus problemas conyugales, ya que su marido, no era lo que se dice un “marido perfecto”. Patty lo amaba profundamente, tan es así que nadie desconocía que el puesto que Stuart Johnson ocupaba en la Empresa lo tenía por imposición de su esposa.
Jimmy, por supuesto, lo conocía desde que había iniciado el noviazgo con Patty, y le tenía contabilizadas múltiples trastadas e infidelidades, pero había sabido callar. También sabía que la pareja no se llevaba muy bien, causa por la cual el carácter de Patty se había tornado un tanto agrio últimamente. Era una verdadera lástima porque era una chica encantadora. A Patty tambien la conocía de niña, conoció su noviazgo… tanto como que en más de una oportunidad había sido cómplice de Patty y de Stuart en sus “travesuras” y hasta testigo silencioso de cosas que habían sucedido en el asiento trasero del automóvil. Era él quien limpiaba las manchas del tapizado. Hummm !!
Pero si lo había hecho, había sido por ella, porque Stuart nunca le gustó, y seguía sin gustarle. Tampoco le veía condiciones de hombre de negocios, aunque debía reconocer que tuvo gran olfato concretando el mejor negocio de su vida … casarse con Patty, Sabía todo ésto y sabía muchas cosas más...
Wendell estaba pensativo. La reunión con los canadienses lo tenía preocupado, porque con toda seguridad, los Mac Taylor pondrían la proa al proyecto. Para colmo de males no estaba Stuart, para tener su voto a favor. No había estado de acuerdo con su viaje a Buenos Aires, pero su hermana Patty lo autorizó e hizo valer su condición de Presidente de la Empresa. Alrededor de dos meses atrás, Stuart había establecido contactos con un grupo de empresarios argentinos, en una exposición de gastronomía que se había realizado en Miami. Pensaba realizar una colocación de sus productos alimenticios en ese país.
Mientras desgranaba todos estos pensamientos, el automóvil se aproximaba al departamento de Patty. Jimmy había cruzado a Manhattan por el Queensboro Bridge, se aproximaba al United Nations Headquarters, paralelo a la costa del East River y en instantes llegaría al departamento de Patty, en la intersección de la 34th St.y la 1st. Ave. A diferencia de Lisa y él, su hermana y Stuart preferían vivir en un departamento y no en una casa. Era un piso a todo lujo, munido de todos los elementos del confort moderno. Se hallaba ubicado en el piso 25 con una preciosa vista sobre el East River y de la isla de Queens. Tenía 570 metros cuadrados cubiertos, repartidos en dos plantas y era realmente espectacular. El edificio estaba bien protegido por alarmas. Para el ingreso no bastaba la llave, sino que era necesario componer previamente una clave digital de seis números. Otro dispositivo similar estaba instalado en la puerta de entrada al piso. Quien quisiera pasar ambas puertas, necesitaba resolver dos claves con una posibilidad matemática de acierto en un millón, para cada una. Muy difícil…!!!
Patty acostumbraba pasar largos ratos en la piscina climatizada y el gimnasio del edificio, preocupada siempre de mantener la línea. El gimnasio estaba montado con los aparatos más modernos y su director era un exigente profesor sueco, Steven Carlsson, un joven simpático y dinámico, que dominaba las modernas técnicas que incluían pesas, aparatos, aerobic y un enfoque científico de la actividad física. Patty había establecido excelente rapport con este joven, lo cual le ayudaba a desenchufarse de sus problemas, tanto los empresarios como los conyugales.
Permanentemente actualizada en el tema moda y amante del buen vestir, era reconocida en su entorno por su natural elegancia y buen gusto y era habitué de los desfiles de moda de las más importantes casas de costura, actividad social que realizaba con un núcleo de amigas que mantenía desde su adolescencia y juventud. Gracias a ellas no se sentía tan sola, porque con Stuart no podía contar para nada. Era asidua concurrente a todo tipo de manifestaciones artísticas, conciertos y festivales benéficos, donde su presencia y colaboración era muy valorada.
Era una hermosa mujer. Alta, de figura esbelta, que se encargaba de cuidar y conservar, piernas largas y delgadas, pero bien torneadas, dueña de un cadencioso andar, que le confería una fina elegancia. Su cabello renegrido y sus verdes ojos almendrados le daban un aire oriental con cierto toque misterioso.
Había tenido varios pretendientes de la high society, pero por esos locos caprichos de los jóvenes, y a regañadientes de sus padres, se había casado con Stuart, un muchacho sin fortuna y sin actividad estable, que había llegado a Nueva York desde Tampa, su ciudad natal, luego de abandonar sus estudios, sin una capacitación adecuada y sin demasiada contracción al trabajo. Al casarse, Patty le había pedido a su padre, que era incapaz de negarle nada, que lo incorporara a la Empresa y es así que comenzó su carrera de “ejecutivo”.
Stuart estaba muy poco en su casa. Diría que a su esposa prácticamente la veía en el horario de oficina. Su afición a las salidas nocturnas y a los buenos tragos, con amistades que jamás presentaba a la familia, le ocasionaba frecuentes discusiones con Patty, pero tal vez con el correr del tiempo, ésta se había cansado de peleas y había preferido refugiarse en su trabajo, su gimnasia, su natación, su actividad social individual y dejar que su marido haga lo que le plazca. Lamentablemente no tenían hijos, por lo que su vida era aún más individual. Evidentemente el matrimonio no había sido un hecho venturoso en la vida de Patty, y durante mucho tiempo estuvo sumida en depresiones, mostrando un aire melancólico y solitario. Desde hace casi un año, había mejorado bastante su ánimo, probablemente cuando se dejó de preocupar por tratar de cambiar los hábitos de su marido, ya convencida que a los cuarenta y dos años, Stuart no sería modificado. A pesar de todo, hacía lo imposible para retener a Stuart a su lado. Su maridito le costaba sus buenos dólares !!, y esto se ponía claramente en evidencia en los repetidos y gruesos retiros de dinero que realizaba de su cuenta corriente de la Empresa y que se habían incrementado especialmente en los últimos tiempos.
(continuará)

6 comentarios:

Etèria dijo...

Jajaja... Menuda mania teneis con eso del continuará.

Pues nada, no me queda otra que esperar (pero se bueno, no tardes mucho)

Besos

Hugo dijo...

Belita: te aseguro que irán rápidamente, pero si no lo publico todo es porque ocuparía un espacio tremendo...
Gracias por visitarme
Hugo

Mario y Carla dijo...

ohhh!Pobre Patty, espero que le vallan mejor las cosas porque no me gustan los finales amargos
Muchas gracias por visitar mi blog.
A tus preguntas...la lengua si es mia y aventurillas no he tenido, estoy genial con mi novio, me satisface en todos los aspectos y en el sexual sobretodo, es la mejor persona que podré conocer asique no creo que en mi blog aparezcan relatos sobre cuernos
Un besazo y esperaré al proximo capítulo

electrah dijo...

me haces acordar a un escritor...mmmmmm no sé su nombre (nunca recuerdo los nombres....)
No se qué irá a pasar con esta historia.Me imagino un final donde todos estos pelotudos se van en avion (un 11 de septiembre de 2001)
Besos.

Hugo dijo...

Dulce María: tienes una lenguita envidiable. El proximo capítulo ya viene.... Gracias por seguirlo
Electrah: No se a cual escritor te puedo recordar, tal vez Chase...que es mi ídolo, pero la novela es mia y la escribi hace varios años. Lo qu epublico es un resumen por cuestion de espacio.Gracias por leerme

electrah dijo...

es un honor leerte.y sí me recurda a ése mismo.
bue, me voy a leer el 2do cap.
besos