jueves, 11 de enero de 2007

La cadena de oro

Ya he hablado bastante de la muerte, tratando de hacerlo seriamente… ahora les transcribiré un cuento que escribí para un certamen literario de cuentos cortos. Por supuesto que no fue premiado…jajajajaja !!!, pero es de mi autoría y eso me basta.

LA CADENA DE ORO
Las emisoras de radio de los pueblos del sur tienen espacios con mensajes para la gente del campo, que vive aislada en medio de la Patagonia y no tiene otro medio de comunicación. Juan y Pedro Carriqueo, puesteros de una estancia, esperaban ansiosos noticias de su madre, internada en el hospital.
Esa noche escucharon: “Mensaje para Juan Carriqueo. La salud de su madre ha empeorado. Deberá ser operada esta misma noche”. Juan y Pedro se miraron.
Juan ordenó: - Prepará los caballos.
Cenaron algo y salieron. La noche era cerrada y oscura, pero conocían bien el camino. A campo traviesa llegaron a la ruta asfaltada y luego la siguieron. No se veía nada; solamente recibían la luz de los faros de algún auto que pasaba.
Sus fieles caballos criollos estaban acostumbrados a recorrer la meseta Patagónica; ese árido campo sureño pletórico de leyendas creadas por la ignorancia o la fantasía de sus habitantes: la luz mala, el chupacabras, los espíritus.... Esas míticas historias corrían de boca en boca, eran tema obligado en cada mateada junto al fogón y la imaginación truculenta de cada relator añadía condimentos.
Marchaban en silencio, cuando de repente un automóvil pasó a toda velocidad, mordió la banquina e hizo dos vueltas en trompo a lo ancho del pavimento, volcando luego sobre su lado izquierdo. Dió tres vueltas más y chocó estrepitosamente contra la rocosa ladera de la montaña.
Juan y Pedro galoparon hacia el lugar del accidente. Desmontaron y vieron al conductor y único ocupante del vehículo, tendido a varios metros del auto, sangrando profusamente, con el cráneo destrozado.
- Está muerto – dijo Juan escuetamente.
- Sigamos - vaciló Pedro - me da miedo.
Juan siguió mirando alumbrándose con la tenue luz de su vieja linterna. El auto era un lujoso último modelo. Vió la cara desfigurada y sanguinolenta del muerto, sus ropas rasgadas y algo que brillaba. Era una gruesa cadena de oro que colgaba de su cuello.
- Mirá - señaló a Pedro - Seguramente es de oro y ha de valer un platal.
- No me interesa – replicó Pedro - sigamos camino y avisemos a la policía del accidente.
- Ni se te ocurra - ordenó Juan imperativamente, asomando un brillo pícaro en sus ojos.
Sin hesitar, Juan arrancó la cadena del cuello del muerto y la colocó en su bolsillo.
- Vamos rápido... antes que venga otro auto - dijo y montó a caballo.
Pedro lo siguió. Partieron a galope tendido sin mirar hacia atrás y sin cambiar palabras. Al cabo de un rato llegaron a una arboleda. Los caballos resoplaban sudorosos y ellos tenían la boca reseca y el corazón batiendo de la emoción.
- Descansemos - dispuso Juan, descendiendo de su caballo.
Se sentaron bajo un añoso árbol para recuperar el aliento y tomaron un trago de ginebra.Juan sacó de su bolsillo la cadena, la alumbró con su linterna mirándola extasiado. Era valiosa...!!!.
- La venderemos y repartiremos la plata entre los dos - dijo Juan.
- De acuerdo - aceptó Pedro, a quien el susto se le iba pasando.
- No hay que decírselo a nadie... ni a mamá... y ni siquiera diremos a la policía que vimos el accidente - se aseguró Juan mirando fijamente a su hermano.
Contemplaban entusiasmados una y otra vez la cadena, cuando escucharon el ruido de pasos lentos que hacían crujir las hojas secas. Era casi imperceptible, pero tétrico en aquel silencio y soledad.
- Shhhh – ordenó Juan – escuchá...!!!
Se quedaron mudos oyendo los pasos, y notaron que se acercaban. Súbitamente, apareció ante ellos un brillo fosforescente con forma humana.
Era una visión fantasmagórica. Una voz cavernosa los paralizó:
- Devuélvanme lo que me robaron !!
La silueta seguía avanzando dificultosamente y pudieron ver una figura ensangrentada.
- Devuélvanme lo que me robaron – repitió con su voz lúgubre.
Pedro, presa del pánico, perdió el conocimiento.
Juan quiso huir, pero de inmediato sintió dos gélidas manos que lo tomaron de sus cabellos y lo arrastraron hacia atrás.
- Devolveme lo que me robaste – ordenó esa voz tenebrosa.
Juan quiso sacar el facón de su cintura, pero sintió un agudo dolor en la garganta. Luego... todo fue silencio.
Cuando Pedro volvió en sí, ningún ruido alteraba la paz del campo. Se sentó tratando de ordenar sus pensamientos. Algunas gotas caían sobre su frente, pero no estaba lloviendo. Las tocó con sus dedos y notó que eran tibias, densas y pegajosas. Llamó a Juan; no obtuvo respuesta; buscó la linterna y miró de donde provenían las gotas.
Juan estaba colgando de una rama del árbol, con un profundo tajo en el cuello que todavía rezumaba sangre.
Lo bajó de allí y lo apoyó en el suelo. Se dió cuenta que estaba muerto. Buscó en sus bolsillos la cadena de oro. No estaba.
De allí en más, todo se precipitó. De un hueco del árbol, surgieron unas heladas y pálidas manos que lo tomaron del cuello. Alcanzó a ver una cara desfigurada y ensangrentada con los ojos en llamas. Quiso gritar, pero no pudo. Tampoco pudo respirar. Las manos le apretaban su garganta más y más, hasta que todo se volvió negro.
Al día siguiente el diario local titulaba: “ Dos puesteros fueron asesinados a pocos kilómetros del pueblo. No hay pistas para esclarecer el hecho”.

5 comentarios:

electrah dijo...

mmmmm....manga de codiciosos esos tres....

opinologa dijo...

Hola!
ahaha no importa si fue o no premiado
cuanto talento no anda por las calles y es desperdiciado
mientras tu te aprecies
y ...
bien, me gusto
seguire pasando por aqui
disfruto leyendo tus comentarios en mi blog :d
saludos

Etèria dijo...

Ugggsss... Soy facilmente impresionable para estas cosas. Que el relato fuese ppremiado o no tampoco importa mucho, el caso es que impone.

Lucia dijo...

me adhiero a lamaldita y belita. El relato me impresiona... me ha gustado mucho... presentalo a más certámenes. O si no, sigue deleitándonos por aquí... que en la blogofera hay millones de cazatalentos.

un beso.


Lucia

Nur dijo...

Bonito relato:)descubriendo nuevas facetas, besitos!!